...de papel o de fuego,
que va hacia donde tú estás y no te encuentra porque no estás en el lugar pactado.
Mira, va a la luna y no estás ni ahí ni en el lugar pactado.
Ni en tu casa.
Ni al lado del árbol en el parque junto a ese gato callejero que me gusta y que siempre quise secuestrar y tú no querías porque no te gustan los gatos, ni la gente, ni las buenas costumbres, ni yo cuando me pongo cursi y bondadosa y le digo "ven".
De papel quemándose por el fuego cuando me doy cuenta de que no estas ni acá, ni en la esquina, ni en la ventana ni en el parque ni en el lugar pactado.
Y entonces ¿a dónde va ahora el barco hecho exclusivamente para el encuentro? si el tiempo se ha devorado todos nuestros lugares y hasta las promesas que alguna vez.....
Y todo es culpa de este barco de papel en donde está escrito ese pacto que dice algo que ya no logro comprender porque se quema despacito al lado del gato que me gusta, que observa todo y también se acuerda de tu promesa de llevártelo alguna vez cuando tengas tiempo y puedas quererlo, promesa que también se quema y termina conmigo llevándome por fin al gato, que esta loco de tristeza y ahora me necesita demasiado porque ya no entiende nada de amores, ni de pactos, ni de tiempos, ni de derrotas.