Nota aclaratoria: Todos los textos y dibujos publicados en este espacio son creados por la imaginación aturdida de la autora. Todo es ficción. Cualquier parecido con la realidad...


lunes, 24 de septiembre de 2012

Rayitas




Estoy sufriendo de menopausia precoz.                                                   
He concluido que todo obedece a esa única y repentina razón y le he dado fin a mis dudas, atribuyéndole a mis vejestorias hormonas mi cansancio constante, dolores, aumento de peso y fin del periodo menstrual.
Me he forzado a negar todo tipo de posibilidad ajena a mis deseos porque haciendo esto se vive más feliz.
Recuerdo que me hice el test de embarazo que venden en las farmacias una sola vez en la vida, hace varios años ya, y esos 3 minutos, esos interminables y casi estáticos 3 minutos en los que esperaba que esa segunda rayita roja fuera esquiva a mi destino, fueron los minutos más espantosos de (por no exagerar) esa semana.
Ahí estaba el cosito ese y la primera rayita que había salido inmediatamente, pero aún faltaba saber si la segunda estaba ahí, palpitando, dándose forma, absorbiendo parte de mí para darse vida a través de las toxinas de mi urea.  
Ahí estaba ese monstruo esperando, luchando para mostrarme que ya existía, aun en su forma más básica, una maldita raya roja.
Yo había dejado de salir con G. hacía 3 semanas. Ya estábamos hartos de nosotros y nos habíamos dejado con poca pena. Recordé la noche en que en esas conversaciones interminables y a veces sin sentido, salió el tema de los hijos y las parejas que no son felices y él me ofreció (en el supuesto de que nos pasara) quedarse con el nuestro si yo no lo quería.
“Me lo das, yo lo cuido” me había dicho mientras se servía un vaso de ron y empezaba a tocar una de esas canciones tontas. Yo acepté. La canción tonta ayudó. Hablamos de nuestro hijo como si nos refiriéramos a una mascota, nuestra mascota freak, nuestro murciélago.
Pensaba que tal vez seguía en pie esa oferta y que Murciélago a su cuidado tendría una jaula bonita, música y sangre suficiente. No le iría tan mal. Otros no tienen nada.
Cuando dejé de pensar, ya habían pasado más de 5 minutos. Miré el resultado entrecerrando los ojos, como cuando ves el sol de a poquitos, despacio para no recibir directamente toda esa energía enceguecedora.
Ahí seguía la rayita roja, solitaria, muy recta y sólida. Negativo, me dijo.
Tiré el test de embarazo y no recuerdo que hice momentos después o los días que siguieron a ese, solo sé que me vino la regla y que nada de esto significo mucho en mi vida.
Ahora lo he recordado porque en estos días he estado bastante sensible. Tal vez el recuerdo de futurible Murciélago regresó son su cuota de nostalgia, como pasa con esas cosas que uno cree que ha olvidado pero un día te das cuenta de que siguen ahí, escondidas entre las viscosidades cerebrales.
Es el clima que está loco y favorece mi bipolaridad, o el aburrimiento primaveral.
Es esta estúpida menopausia precoz. 





lunes, 10 de septiembre de 2012

No.




Estoy enferma.
Enferma desde el jueves y hoy ya estamos lunes. Lunes otra vez, Charly.

Enfermarse puede ser positivo siempre y cuando vivas con tu madre, que es preciosa y pura bondad y con tu padre, que es inteligente y trabajador. Entonces tienes: un papá que paga las medicinas, alimentos y demás caprichos de una hija parásito nihilista con voz de silbato policial, y una madre que cocina lo que esa misma hija, que en ese momento se ha convertido en un engendro perturbador parecido al bebé de Henry Spencer en Eraserhead, pide a gritos desde su cama mientras ve la tele.
Pero cuando no es así, la situación es una mierda.

Te levantas porque no tienes más remedio, caminas arrastrando los pies y gimiendo despacio, te haces un té y te metes a la cama con 6 frazadas hasta que llega el momento de ir a la farmacia, entonces deseas, por el amor de todos los dioses, que llegue ese amigo que siempre llega a joder cuando no quieres ver a nadie, que llame tu abuelita, que venga a cobrar el señor que trae el gas, que aparezca alguien, quien sea, para que lo puedas mandar a traer todas las pastillas que encuentre a su paso, a ver si te sanas o en su defecto te mueres esa misma noche. Las dos cosas sirven para aliviar el dolor en esta vida cof cof cof miserable cof cof por la puta madre cof.
Y sales con tu chompa, tu gorro, tus pantuflas de perro, tus ojeras y todos esos mocos; compras lo que te receta la farmacéutica y regresas rápido para taparte nuevamente luego de haberte metido esas cincuenta pepas juntas y empezar a ver Yo soy. Sí pues, ahora yo también veo Yo soy porque salen Robert Plant y el zambo Cavero.

Estoy enferma.
Era todo lo que venía decir. Quería desfogar. No tiene moraleja mi cuento ni termina con una máxima profunda o alguna otra figura retórica.

O bueno sí: Los que no se enferman, o sí se enferman pero viven con sus padres, son unos infelices y los odio profundamente.

Fin

domingo, 9 de septiembre de 2012

Milena Román


Mi nombre es Milena.
Soy un desastre, he gastado hasta el último centavo en cosas que ya ni recuerdo y mi estómago y mi refrigerador son dos máquinas vacías haciendo sonidos intermitentes.
Trabajo de Lunes a Viernes y leo un poco en el microbús.  Por estos días Bukowski, para alegrar mi alma hambrienta y quejumbrosa.

Almuerzo mal pero, como hubiera dicho mi papá, algunos ni almuerzan.

Por ahora salgo con un chico. Es buena onda y me cae bien. El sexo es genial.

Fuera de eso, sin novedades.

lunes, 16 de julio de 2012

Carta al infinito




Estoy evitando pensar en ti para seguir caminando.
Cuando algo sucede  y los sentimientos de tristeza y angustia aparecen, se sabe que en algún momento desaparecerán,  existe el alivio y la esperanza de lo venidero. Se piensa, para sentirse mejor, que todo se supera, que lo amado a veces vuelve, que lo perdido se olvida, que los tiempos malos siempre dan paso a otros mejores.
Pero contigo papá, no hay consuelo, ni futuro, ni retorno.

miércoles, 11 de julio de 2012

"En el universo no queda una deuda pendiente"



Si me diera la gana ahora, podría ir a tu casa y secuestrarte.
Ir a buscarte y exigirte que nuevamente me quieras, que dejes un ratito de pensar en tu nueva novia, en tu ex novia que no te deja en paz, en tu prima que me detesta, en tu nueva camada de perros, en tu papá. Que se vayan a la mierda, por favor.
Hoy he planeado meterme en tu cuarto, reírme una vez más de tus mismos chistes idiotas y quedarme callada escuchándote hablar de todo eso que yo no sé, admirarte como nunca antes y sentir que a tu lado soy una niña, una aprendiz sin talento.
Hoy, pisando el cadáver de todos, voy a ser tu novia de nuevo.
Luego saldré de tu casa feliz, pero en el camino tropezaré y con la caída me romperé la muñeca y la mitad de un diente. Me quedaré en la vereda sangrando mientras te veo salir apurado para encontrarte con tu chica, sin verme.
Qué triste.
En el futuro, me gustaría evitar la sangre en mi destino.
Siempre serás el peor de los karmas.

domingo, 8 de julio de 2012

Ellos



Existen tantos animales nocturnos. Veloces y sigilosos.
Generan rechazo y miedo a pesar de ser excesivamente bellos.
Yo he aprendindo a admirarlos desde lejos, estirando el cuello en silencio.
Desaparecen con el día porque las voces humanas son como detonadores.
Fragmentan sus cuerpos.
Despedazan su luz.

lunes, 30 de abril de 2012

T.




La oficina es como un cajón cerrado, sellado, con un cadáver descompuesto dentro. Yo.

El aire acondicionado no sirve de nada porque todo acá hierve. Afuera las mismas peleas entre empleados, los chismes en el baño sobre la amante de algún jefe, las faltas de la asistenta de ventas y las especulaciones sobre su tormentosa vida, los ojos celestes y congelados de la gerente que se pierden en el rojo intenso de sus venas oculares cuando algo sale mal, y yo, encerrada en mi oficina, alargando el trabajo lo más posible para no tener que exponer mi insignificante ser a la muerte segura en esos pasillos en llamas.

Me gustaría salir de aquí, caminar despacito por las calles de Miraflores, entrar a librerías, sentarme en el parque Kennedy y acariciar a un gato, prender un cigarro, comer una butifarra, caminar más hasta aburrirme de mí y sacar mi celular para encontrar a alguien igual de vago que yo que quiera acompañarme a tomar una chela por ahí. Necesito sentir mi libertad de nuevo, necesito una película, una botella de vino y un amigo, para que una vez borrachos me pueda dar besos y me lleve a su departamento a seguirla hasta mañana.

Extraño tanto despertar a mediodía con una resaca suave, con el pelo enredado, salir en silencio dejando dormido a mi chico de esa noche, caminar por una calle llena de sol tomando un energizante, sonriendo, escuchando música en el carro que me lleva de regreso a mi casa, a mi cama, a mi comida calentada, al cuerpo calientito de mis gatos echados al lado mío, a la voz de mis papás en el teléfono, al olor de los guisos de mi abuela que se filtran por mi ventana desde el primer piso. Y dormir esta y todas las monas para salir en la noche a comer un sanguche con mi amiga Angie y luego volver a mi cama para ver mis series favoritas mientras dibujo sonseras, tomo café, mensajeo por guasap chistes monses con mis amigos.

Son las siete en punto, una mosca se para en mi mano y me doy cuenta de que definitivamente ya fallecí en este lugar y nadie se ha dado cuenta, ni siquiera yo.

El reloj marca las siete con cuatro. Por fin es de noche y en una repetición eterna las almas atormentadas sienten la brisa de la libertad y salen de sus fosas a vagar sin rumbo.

No sé los demás. Yo me voy.

lunes, 2 de abril de 2012

El escondite


Cuando me decías que me vaya de tu vida y empezabas a devolverme mis cosas, me ponía a llorar alegando que eras muy malo.
Cuando te insultaba y te decía que no quería verte más, te hacías la víctima diciendo que siempre te traté indignamente.
Cuando nos conocimos juramos que siempre estaríamos juntos y que, si alguna vez teníamos que estar lejos o con otras personas, siempre habría una noche en la que seríamos uno nuevamente.
Pero eso ya no pasará. Yo nunca volveré a buscarte porque nuestro escondite ahora está ocupado por un ser tenebroso engendrado por nosotros mismos y que hace tiempo nos espera.
Es una trampa. Si algún día volvemos, seremos devorados por nuestro monstruo.

martes, 20 de marzo de 2012

Los 4


1. A veces me parece que estás cerca. Siento el olor a shampoo de mujer de tu pelo, el olor de tus cigarrillos, te imagino dibujando, te recuerdo muy stone, hablando y riéndote mucho y juego a que te amo, a que eres mi máxima necesidad, juego a que me muero por ti y que me gustaría una vez más ir corriendo a tu casa con una flor en la mano, regalártela, decirte que soy la primavera y que a tu lado florezco y soy así, entusiasta y cursi.

2. A veces me parece que eres tú. Sueño con verte nuevamente, ir contigo a bailar, escucharte hablar de filosofía y admirarte, creer que eres el más guapo e inteligente, y contigo también jugar a la enamorada y dedicarte canciones, pensar en ti mientras estoy en un concierto, vivir como una loca, extrañándote porque estás tan lejos y me has dejado sola en mi novela, y sufro y te amo, no sabes cuánto te amo.

3. A veces quiero que estés siempre. Que dejes a tu novia de una vez por todas y regreses a mi casa, a tocar todos los instrumentos, y a mí, como antes, que sigas viniendo y preparándome comida rica porque, ya ves, siempre estoy sola y tú eres gracioso y me entiendes, y te gustan mis dibujos, tú sí me entiendes, contigo también juego y ya estoy sintiendo que quiero verte, te amo, te amo tanto, eres divertido, siempre quisiera verte.

4. A veces siento que me matas. Que me matas de a poquitos cuando te vas con otras, que no podría pasar el resto de mi vida sin ti porque eres mi amante cruel, mi enfermedad, mi locura. Te amo. Recuerdo tu voz y tus canciones, tu casa milímetro a milímetro, el olor de tu cocina, de tu cuarto, quiero quedarme a jugar a la familia disfuncional contigo, recuerdo el color de tu piel, tu sonrisa, tu falsedad, así me gustas. Me muero y mato por ti.

Y a veces no siento nada, como hoy, que me he puesto particularmente seria.
:)

viernes, 24 de febrero de 2012

martes, 21 de febrero de 2012

Bichos raros








De niña no tenía amigos, y en el colegio me pegaban.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Mi regalo

Mira, cuando un día regreses y nos casemos, te voy a regalar un animalito.
Será bueno, te querrá mucho y te seguirá a todos lados, como yo.

Será fiel y tú corresponderás de la misma manera. Bajo ningún concepto lo harás sufrir, porque cuando llore necesitando consuelo, deberás esperar a su lado todas las horas que dure su llanto y después secar despacito, una a una, las lágrimas de sus innumerables ojos.

lunes, 6 de febrero de 2012

sábado, 4 de febrero de 2012

El amor en los tiempos del cole.

Me gustabas.
Quería saber el nombre de todos los grupos de metal y leer los libros de Patti Smith solo para poder hablarte.
Buscaba secretamente que nos presentaran entre clases para decirte algo. Hola. Chau. Cómo estás. Chau.
Me tropezaba si pasabas cerca. Quería ser tu esposa, tu sombra, tu perro.
Dormir contigo, seguirte, lamerte la nariz.

domingo, 29 de enero de 2012

.



No anochecerá este próximo invierno.

Habrá luz las 24 horas del día y los artistas empezarán a fabricar depósitos subterraneos que representarán copias imprecisas y breves de la soledad y el desamor. Los cuadros se quedarán siempre por la mitad, pero yo aprenderé a no sentir miedo.

Mi miedo serás tú y los cables de tu cuerpo. Tu habitación artificial será el único escenario de mi cuento de terror.

La pérdida de la noche no me dejará sin alma. Estaré ahí, en esa luz cruel, hasta casi perder la paciencia pero nunca me iré, porque Nox tardará, pero vendrá bella y vestida de brillante azul, enviada por el mismo Urano a devolverte la fuerza y nuevamente serás libre.

Por eso no perderemos la fe.
Haremos un pacto. Resistiremos

lunes, 23 de enero de 2012

Mira, un árbol.


A veces se piensa mucho y se hace poco.
Quieres salir, o no, o sí, ¿o no? pero bueno, igual te quedas en tu casa, tomando limonada frozen , viendo películas de Ingmar Bergman y rascándole la panza al gato.
Piensas, piensas, piensas. No te mueves. Te duelen los huesos o algo por ahí dentro.
Hace falta algo. Pero no sé que es, no sé.
Y no son flores, ni pajaritos.

martes, 17 de enero de 2012

Tele.



-¿Qué chucha tienes? ¿Gusanos en el culo?

Te cuento que estaba teniendo una pesadilla en la que soy ferozmente atacada y mordida por un mono-rata de Sumatra, la mordedura hace que inmediatamente caiga al suelo víctima de una hemorragia y un dolor espantoso, para morir casi instantáneamente y segundos más tarde volver a la vida trasformada en una zombie sin recuerdos.

Destino triste el mío, y el colmo de la mala suerte además, que justo a mí me toque cruzarme con ese animal en plena Avenida Aviación, teniendo en cuenta de que en Lima es muy poco probable encontrarse cara a cara con monos o ratas mutantes en la calle, menos probable aún es que ande suelto un híbrido fruto de la beneficiosa unión de una mona linda y un roedor diabólico, y casi imposible, que esa criatura sea el mono-rata con la maldición de una perdida tribu asiática de la película Braindead, que es, precisamente, el que aparece en mis sueños. Qué mala suerte hasta para soñar, carajo.

Y que mala suerte soñar justo eso y ponerme a temblar, babear y lanzar patadas al aire la misma noche en que duermo por primera vez contigo. Qué verguenza. Peor no me podría ir.

Pero mucho caso no me has hecho y ya te has dormido nuevamente, tu respiración es suave y te ves muy lindo, tanto que estoy empezando a darme cuenta de que eres un humano apetitosamente bello y sereno y yo una loquita atarantada, más que eso, una freak, un extraterrestre, un insecto mutante, ajá, un monstruo de serie B.

¿Cómo será ser un personaje horripilante por una noche? ¿una de esas criaturas ridículas que no asustan a nadie pero terriblemente sanguinarias de las películas gore de bajo presupuesto?

El ataque de la mujer zombie en el piso 4, pienso.

La idea me envuelve por completo y me acerco, te huelo, te miro de cerquita.
“Te voy a comer” te digo al oído, y tú, creyendo que me refiero a otra cosa, me sonríes.

jueves, 5 de enero de 2012

japiniuyier



Ni las predicciones mayas van a poder con nosotros. Nada está perdido.
Joy Division afuera a todo volumen y tú y yo encerrados en un baño inundado, succionándole la vida a este pedacito de papel que nos entrega todo su poder en el último respiro.
Ni los malos augurios, ni tu paranoia, ni mi esquizofrenia, nada va a poder derrotarnos, y si en algún momento todo ha de terminar, que sea hoy, en las primeras horas de este año en que la tierra ha regresado a su punto inicial y el círculo ha quedado cerrado. El pasado se trasforma en una esfera compacta y pesada que cae sin posibilidad de retorno.
Que sea aquí mientras se nos congela el corazón al mismo tiempo, en menos de un minuto para que el destino no nos haga pasar los siguientes meses esperando tanto.
Pero salimos de ahí vivos, con ganas de bailar, de abrazarnos y desearnos cosas buenas, con deseos de tomarnos de la mano imaginando que depende de eso no solo el futuro de nuestra vida, sino muchísimo más del mundo: la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres…

(última frase tomada del poema Happy New Year de Julio Cortazar)