Nota aclaratoria: Todos los textos y dibujos publicados en este espacio son creados por la imaginación aturdida de la autora. Todo es ficción. Cualquier parecido con la realidad...


domingo, 15 de noviembre de 2015

Hey Hey, My My

Le digo a B que me hace pensar en una película warholiana cuando despierto y lo veo mirándome. Se me ocurre que lleva horas ahí, contemplando ensimismado el arte de dormir o (siguiendo con la cinematografía) la ciencia del sueño. Sí pues, el amor hace de tus actividades prosaicas escenas inolvidables. Inolvidable es, por ejemplo, Gael García, travestido, cantando "Quizás, quizás, quizás" en La mala educación, o la misma figura en Tacones lejanos, pero esta vez con Miguel Bosé.
Yo bailando sin pantalones y B observándome de rato en rato mientras afina su guitarra. Yo tratando de ser Christina Ricci en Buffalo 66.
Nada de lo que pase entre B y yo será en vano, pero tampoco estará destinado a prosperar. Si algún día hago cine, contaré esta historia uniendo retazos de mis películas favoritas en un intento de explicar nuestra relación dramática y absurda, y la canción de cierre será My My, Hey Hey de Neil Young, la canción más acertada puesta en una película en toda la historia. Qué inolvidable, tirarme la pera en la universidad para ir a ver el especial de Dennis Hopper en el Centro Cultural de España, a las cuatro de la tarde, hace miles de años, cuando todavía no conocía a B y usaba poleras largas y mochilas flojas.
B sale del cuarto gritando algo sobre la falta de atención y dando un portazo. Yo siento que se acerca mi momento musical, la solución a mis problemas narrativos y emocionales. Salto de la cama y cojo su guitarra. Este instante podría ser tragicamente perfecto. Pero con B nunca se sabe y puede que en media hora regrese feliz, con una cajetilla de cigarros y dos sopas instantáneas. Bueno, de todas formas: the king is gone, but he is not forgotten... 


https://www.youtube.com/watch?v=cawk2cMTnGo



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