Nota aclaratoria: Todos los textos y dibujos publicados en este espacio son creados por la imaginación aturdida de la autora. Todo es ficción. Cualquier parecido con la realidad...


miércoles, 24 de mayo de 2017

Puente

Hay una frase que todos hemos soltado con tranquila ligereza en alguna conversación de cafetería: “cualquier cosa puede pasar”. El tema con que cualquier cosa pueda pasar, es que a veces pasa.
Esa cosa existe, vive, y se nutre no solo de la casualidad sino también de nuestros más insignificantes movimientos anatómicos. Si avanzas para allá, si retrocedes, si abres bien los ojos, si los cierras.
Hay que pensárselo bien, porque ESO va a suceder. Ya lo engendraste en un deseo inconsciente. Se debe tener mucho cuidado con la cantidad de energía que uno deposita en este tipo de comentarios. A veces los nuevos sucesos se despliegan sobre esas superficies que tanto nos ha costado pulir y luego caemos en miedos inútiles o injustos reproches hacia los otros, cuando los únicos culpables somos nosotros mismos  y nuestra oscura propensión a fantasear indebidamente.
El Pont des Arts, El río Sena, el mensaje del chico de los ojos azules. Todo se transforma en signo, en objetivo, por un momento todo se me olvida y me siento terriblemente entusiasta en esta lateralidad norte.
Hay una ciudad en donde sueño que vivo cuando me levanto a tomar desayuno y abro las ventanas fantaseando nuevamente con una casualidad deforme y palpitante que avanza hacia mí bañando de un nuevo color todos los planes que he creado para mi futuro, mis pensamientos se multidireccionan y me repito que cualquier cosa puede pasar sin darme cuenta de que estoy vertiendo sobre la vida mis deseos no clasificados.
Mientras tanto, en la ventana del edificio de en frente, hay un gatito inmóvil contemplando en el aire algo que yo todavía no he aprendido a ver.

1 comentario:

Guillermo Altayrac dijo...

¡Me encantó!
Potente y mágico.
Algún día te contaré sobre mi época mística.
Abrazo con alegría y algo de resfrío.