Nota aclaratoria: Todos los textos y dibujos publicados en este espacio son creados por la imaginación aturdida de la autora. Todo es ficción. Cualquier parecido con la realidad...


viernes, 28 de julio de 2017

Macedonio

Cuando me deprimo pienso que soy la mejor.

Soy la mejor amiga de muchas personas, soy una talentosa diseñadora, soy una persona comprometida con lo que hago, soy inteligente, soy divertida, compinche, cómplice de aventuras, soy viajera, trabajadora, buena hija, buena hermana, chica estable o pasajera de algunos. Soy empática, comprensiva, soy honesta, tengo más valores que la gente común, soy defensora de causas nobles, ambientalista, animalista, altruista. Me gusta leer, escribir, dibujar, pintar con acuarelas, ir al cine, ir al teatro, armar frases con letras de revistas. Canto, bailo, cocino muy bien. Soy sensible a cualquier clase de manifestación artística. Me adapto a los cambios, me gusta conocer gente buena, me gusta el sexo, me gusta reír, caminar, compartir, me gusta la cerveza, no tengo prejuicios, no critico, no juzgo, no envidio, no me meto en asuntos ajenos, me gusta la libertad, respeto y admiro la forma de ser y la felicidad de los demás. Me enfrento a la vida, con miedo, con ansiedad, pero siempre me enfrento, no me paralizo.

Soy una gran persona, me digo para convencerme a mí misma mientras toco el  bulto enorme que acaba de salirme en el cuello producto de alguna contractura muscular tal vez, o de algo peor, pero eso lo descubriré luego. Me lleno de inseguridades en un segundo, entro al punto de no retorno y me deprimo, me dejo caer sobre la cama mientras mi dolor de cuello sube hasta el oído. Le repito a mi gato que soy un gran ejemplar de mi especie y que ha tenido suerte de encontrarme y abro los sedantes que me harán dormir dos días enteros para olvidarme de que en el mundo hay cosas que no tienen solución, cosas que jamás podré alcanzar, que hay gente que sufre, que va, que viene, que desaparece como los antiguos pobladores del Indostán, como los manuscritos originales de Amadís de Gaula, como la voz de Macedonio Fernández diciéndome entre sueños que nos emancipemos de los imposibles, de todo lo que buscamos y creemos que no hay, y peor aún, que no puede haber.


2 comentarios:

Guillermo Altayrac dijo...

Oh, te deprimís tan lindo que es peligroso...

Gracias por tu comentario en mi blog. Te respondo medio tarde. ¡Me encanta que te encanten mis textos porque lo tomo de quien viene: vos escribís muy lindo!
De momento, sólo te conozco por aquí; pero es evidente que sos la mejor. :D

Te mando un abrazo.

Guillermo Altayrac dijo...

P.D.: Casualmente, se dice que la melisa es antidepresiva. :P