Nota aclaratoria: Todos los textos y dibujos publicados en este espacio son creados por la imaginación aturdida de la autora. Todo es ficción. Cualquier parecido con la realidad...


viernes, 6 de diciembre de 2013

Verano otra vez



Ese verano fuiste a buscarme y me hablaste de secuestros, soldados y dibujos.

Ese verano habían puesto renos luminosos en el parque de tu casa y la hija de tu casera me enseñaba sus muñecas mientras terminabas de arreglarte, porque por esos días tenías el pelo muy largo y lo recogías en una cola perfectamente ordenada y es que, aunque lo sigas negando, la vida no es más que vanidad de vanidades.

Los dibujos que te hice no he llegado a encontrarlos, y creo que al final tú te los quedaste, sólo que no recuerdas eso, como tantos otros momentos en los que me desviví queriendo y soñando no sé qué tantas cosas pero, felizmente, de eso ya no se habla.

Ese verano aprendí a hacer mojitos y tú descubriste que tenías facultades de mago. Nos entusiasmamos con las canciones de no recuerdo qué banda nueva y también aprendimos a bailar boleros, en mi cuarto, con nuestra soledad abrazada y la aún viva mirada de mi perro valiente.

De ese verano ya no se habla, pero los días de estas fechas son exactamente iguales a los de los años anteriores. El mismo olor, la misma brisa, las mismas personas haciendo las mismas cosas y esperando las mismas fiestas.

También nosotros estamos caminando por las mismas avenidas, pero ya sin acordarnos de los secuestros al paso, sin pensar en las crayolas ni los discos prestados, hablando con gente que ya no pregunta por lo nuestro, pasando por algún bar en el que ya borraron nuestro nombre.

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