Nota aclaratoria: Todos los textos y dibujos publicados en este espacio son creados por la imaginación aturdida de la autora. Todo es ficción. Cualquier parecido con la realidad...


viernes, 11 de octubre de 2019

Zurda

Tengo una leve dislexia. Una dislexia aprendida.
Nací zurda.
Hace muchos años en una de mis primeras clases de escuela una profesora nos enseño a diferenciar la derecha de la izquierda con el siguiente ejemplo: La derecha es la mano con la que escriben, por ende la izquierda es la otra". Esto, en el futuro, generó en mí un problema grave de falta de confianza.Yo viví creyendo que mi derecha era mi izquierda, y todo lo hacía según ese mecanismo. Cuando marchábamos en el desfile escolar y debíamos girar a la derecha, yo giraba hacia el otro lado, cuando debía levantar primero el pie derecho yo levantaba el izquierdo, y era siempre a la que llamaban la atención por "torpe". Luego me inscribí en la banda del colegio, y mientras todos parecían llevar muy bien el compás yo sufría incontables fracasos tratando de coger la pandereta con mi casi inútil mano derecha. Me demoraba el doble en cortar papel o tajar el lápiz en las clases de arte, porque estos instrumentos están hechos para diestros. Entonces mientras mis compañeros ya andaban en el paso 7 de la tarea yo recién estaba terminando de cortar la hoja del paso 1.
Siempre me sentí torpe, desnivelada, creía que era lenta, que aprendía mal, que no entendía lo que me decían. No recuerdo en qué momento supe que era zurda, no sé si alguien me lo dijo o yo lo entendí, pero en un momento lo supe y el panorama se me torno más claro. 
Aprendí a hacer cosas de diestros a la fuerza, aprendí que mi derecha era mi izquierda. Desde entonces cuando alguien me decía "Anda hacia la derecha" yo me tomaba unos segundos de reflexión y me miraba las manos: la derecha es mi mano izquierda, osea que en realidad la izquierda es mi derecha, entonces no debo ir para el lado que creo, sino para el otro.
Eso hago hasta ahora, dudo mucho reconociendo mis caminos.

1 comentario:

Guillermo Altayrac dijo...

Qué lindo que seas zurda y qué lindo que hayas regresado.